Experiencia paranormal: Preparación al parto

Enviado por: Li septiembre 5, 2017 2 comentarios

Una de las experiencias más extrañas que he vivido como embarazada ha sido eso de ir a las clases de preparación al parto, tal vez porque llevo 7 meses convencida de que mi parto sería por cesárea y el hecho de que en la última eco el niño estuviera en cefálica me pilló totalmente por sorpresa. Entre la placenta baja al principio y que luego estaba de nalgas, pues como que no contaba con parir. Así que el lunes pasado, cuando llamé a la matrona para que me explicaran cómo iba eso y me dijeron que podía ir esa misma tarde les dije que ni loca, que tenía muchas cosas que hacer. En realidad no tenía ninguna, pero me acojonaba verme de repente rodeada de preñadas y dije que no, que la semana siguiente. Y allí que me planté ayer mismito.

Estos días tengo muchísimo trabajo y mi capacidad de hilar párrafos completos se ha esfumado con los turistas, así que voy a intentar resumir en puntos por qué fue una experiencia tan rara:

  1. Creo que era la mayor de la sala. Tampoco es que me fijara horrores en el resto, pero creo que éramos un par bordeando las 40 y un montón de tiernas embarazadas jóvenes acompañadas por sus parejas igual de tiernas e igual de jóvenes. Porque las dos mayores de la sala (y otra joven, pero que ya tenía un crío) íbamos solas completamente. Soy consciente de que soy una primeriza viejoven y eso, en sí, no me afecta, pero a veces vuelves un poco a ese ‘What the hell am I doing here’ de Creep del que os hablaba. Lo de encontrarme fuera de lugar ha sido una constante en el último año.
  2. Me pasé todo el rato con ganas de llorar. ¿En serio que el bulto este que tengo en la tripa se va a convertir un niño? ¿En serio que habrá nacido en dos meses máximo? ¿Ya no habrá más punciones, más betas, más ecos? Y lo más jevi… ¿Estoy preparada para pasar una experiencia tan brutal como un parto? Admito que a mí el parto siempre me ha aterrorizado y con todas las movidas del tratamiento y las complicaciones del embarazo, lo veía tan lejos que vértelo ahí a unas semanas me da mucho yuyu.
  3. Casi todas teníamos teclas. La que no tiene hipotiroidismo tiene diabetes gestacional o lleva un cerclaje como yo. Al final, cada una ha pasado lo suyo durante el embarazo. Las que no contaron ninguna miseria deben ser las afortunadas de los embarazos de unicornios y estrellitas.
  4. Era la única que no tenía una respuesta rotunda a la pregunta ‘¿Vas a dar el pecho?’. Contesté que no tenía ni idea. La matrona puso cara de entenderme perfectamente, pero el resto me miraban un poco como si estuviera loca. ¿No puedo tomar la decisión a última hora, según me vea y según las ganas que tenga? Llevo todo el embarazo sin ideas preconcebidas de nada (excepto el pánico a parir y el auto engaño de que lo mío sería cesárea) y así me ha ido bien.
  5. Tenía la razón la matrona: la información tranquiliza. Sé que el parto será una mierda, que me cagaré como todas y que el niño saldrá feo de la leche, pero ella lo dijo muy claro: «esto es un proceso fisiológico». Y punto. No es que ahora me emocione ante la idea de parir, pero bueno, al menos te dan la explicación más animal y no más dulcificada (tengo un post a medio hacer sobre lo seca que soy y lo nerviosa que me pone la infantilización del embarazo, pero me cuesta escribirlo sin beber vodka).
  6. A mi madre y a todas las personas del género ‘señora’ todo les parece una gilipollez y una moda. Por supuesto, no ven normal eso de que no se lave al bebé hasta el día siguiente o unas horas más tarde. Ni le parece que haga falta eso de piel con piel (yo mataría por que me dejaran en el paritorio dos o tres horas sola con mi bebé y con su padre, sin nadie que diga que el niño está sucio, que por qué no se lo dejo coger o si se parece a la tía con bigote del pueblo) y no opinó más porque pasé de contarle más cosas.
  7. Más que el parto, me acojona la gestión de la gente de mi entorno respecto al parto. ¿Les avisamos? ¿Les llamamos directamente cuando hayan pasado un par de horas y ya estemos tranquilos? Es la típica situación en la que sabes que, hagas lo que hagas, se va a mosquear alguien. ¿No hay cursos de preparación para eso?

La foto es del cajón de la ropa talla 0 meses de MiniV, que ya tiene más ropa que yo

Autor: Li

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2 comentarios

  • Virginia

    Jaja! Comprendo tu yuyu al parto. Yo quiero q me programen una cesárea. No puedo con lo imprevisto ni con el no saber. Sé que mi entorno me cuestionará,pero me da igual. Todavía no he hablado con mi gine del tema,pero yo lo tengo claro. El «proceso fisiológico» no me hace ni pizca de gracia,la verdad.
    Respecto al parto,será en una localidad distinta a la mía y si es como yo quiero,será entre semana,así q solo cuento con la presencia de padres y suegros…y esos quieras que no,parece que los tengo controlados…

    • senseandinfertility

      No me extraña que prefieras una cesárea. Conozco gente que la ha pedido directamente sin problemas y siendo por privado se la han aceptado. Yo sigo sin tener nada claro, pienso que el niño se volverá a poner de nalgas al final del todo jejeje